La fuerte competencia entre las entidades bancarias permite que las pequeñas y medianas empresas puedan obtener crédito con el tipo de interés más bajo de los últimos seis años. Una oportunidad que estas compañías deben aprovechar.
Las pymes se han convertido en una de las principales beneficiadas de la guerra entre los bancos para rebajar el precio del crédito. Según los datos del Banco de España, durante el pasado mes de junio el tipo medio de los nuevos préstamos de hasta 250.000 euros -aquellos que van destinados principalmente a las pequeñas y medianas empresas- se situó en el 2,64%. Son 90 puntos menos que el mismo mes del año pasado y el mínimo absoluto de la serie histórica, que se empezó a contabilizar en junio de 2010.
Actualmente existen varias líneas de crédito enfocadas a objetivos concretos: disponer de liquidez para el día a día, realizar grandes inversiones como la compra de un local o comenzar la expansión internacional de la firma. Además de las variables tradicionales -cuantía, intereses y plazos de amortización- cada vez cobran más importancia otros factores como la agilidad y la rapidez en la concesión del préstamo, el periodo de carencia y los servicios de asesoramiento ofrecidos por el banco.
Para obtener el visto bueno, las empresas tienen que ser muy transparentes sobre su situación. Los gestores observarán con detalle el balance, la cartera de clientes, la capacidad para generar caja y las inversiones previas realizadas por la compañía. También hay que vigilar el nivel de endeudamiento y el historial de pagos del negocio.
Es importante contar con un plan detallado que señale a qué se va a destinar el dinero del préstamo y cómo y cuándo se espera recuperar esta cantidad.
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